No puedo creer que aún te vea. Que todavía sigas ahí, escondido entre mis
sábanas, en mi habitación. Tú sabes que incluso intento cerrar mis ojos… Pero
cuando lo hago me pierdo entre las cuerdas, entre esos acordes mal tocados,
entre esos gritos intentando componer nuestra canción.
No sé qué es peor… Si verte o sentirte. Si intentar bloquear el deseo que
no se evade de mi cuerpo o esconderme contigo.
Maldita locura me has provocado… Mi musa, mi dolor, mi fantasma presente.
No quiero verte y aun así sigo aquí, en mi cama.
No importa. Hasta que no desaparezcas no lo haré yo también.