lunes, 23 de abril de 2012
MI PRIMER SANT JORDI SIN ROSA
martes, 3 de abril de 2012
TU VOZ
No recuerdo tu voz. No se por qué. No puedo recordarla. De hecho, soy buena recordando voces. Es casi como mi trabajo. Pero no puedo recordar la tuya. Creo que sólo me pasa contigo, eres la única voz que no puedo recordar.
Recuerdo todo lo que me dices. Recuerdo tus anécdotas, nuestras conversaciones, tus frases, palabras, sonidos extraños, risas y carcajadas. Pero sin voz. Es como ver una película muda con subtítulos.
Tengo buena memoria. Recuerdo todos los sitios a los que hemos ido. Recuerdo cada persona a la que nos hemos encontrado y con la que hemos hablado. Recuerdo todas las cervezas y copas de vino que hemos bebido. Puede que hasta recuerde las veces que has repetido cuando te has quedado a comer o a cenar.
Recuerdo todas las películas que hemos visto abrazados y todos los recorridos que tus dedos hicieron por mi espalda mientras las veíamos. Recuerdos todos y cada uno de los besos que me has dado y todas las veces que me has pedido uno. Recuerdo todas las mañanas que nos hemos despertado juntos, ¡e incluso todos los orgasmos que hemos tenido!
Recuerdo la manía que tienes de dejar los ojos medio cerrados cuando estás pensando… ¡y lo asqueroso que resulta que te crujas los dedos casi sin darte cuenta en cualquier sitio!
¡Pero no se por qué no recuerdo tu voz! Ya te lo he dicho. Tengo buena memoria. ¿Por qué no puedo recordarla?
La vida nos sigue sorprendiendo. Tanto como para sentirnos adolescentes cuando en teoría ya hemos pasado esa etapa. Genial.