sábado, 15 de diciembre de 2012

*Plató*


Coneixeu la teoria sobre l’Amor de Plató? 

Sí? 

Jo mai no me l’havia cregut. Però fa uns anys Plató va conèixer la meva meitat donant voltes per la Terra mentre em buscava. De seguida que la va conèixer, Plató va agafar com a costum colar-se als meus somnis més profunds per dir-me que estava equivocada: el noi que dormia al costat meu i no em deixava espai al llit o a l’armari gegant de la meva habitació no era la meitat que s’havia passat segles i segles buscant el meu alè. 

‘Això no ho saps pas’ 

Quina mentida més aliena a la meva situació. 

Fa uns mesos va tornar a interrompre el meu món de fantasia i de descans profund per dir-me que ja l’havia trobat. ‘Això tampoc no ho saps...’ Però jo sí que ho sabia, i tenia raó, ja l’havia trobat. I de cop i volta van aparèixer nits plenes de plaer a la llum de la lluna i dies plens de satisfacció amb l’alba despertant amb suavitat els nostres cossos nus. Mon llit no estava ocupat per cap altra persona, estava compartit per dues ànimes dins d’un mateix cos. 

Ma meitat sabia tot el que jo desconeixia i tot el que em mancava, ell ho tenia... però tot el que ell necessitava jo no ho tenia pas. I ho vaig intentar, vaig viatjar per conèixer tots els indrets a on ell no havia estat, vaig cercar tot el que ell no va trobar i em vaig assegurar que podia proporcionar-li tot allò que em demanés. Però no va ser suficient. 

Quan vaig arribar a casa, amb tota la il·lusió de poder-li tornar els segles i segles de recerca per tot el món amb la meva nova cultura adquirida, em va dir que havia trobat a sa meitat al carrer del costat. No ho vaig entendre... De veritat no ho sóc jo? Si ell era tot allò que jo no era i jo havia aconseguit ésser tot allò que ell demanava...  ‘Ho sento però no pots ser tu ma meitat... no ets ELLA...’

I no ho era. 

He intentat trobar la meva meitat de veritat en totes les persones que he conegut, potser m’he fet creure que més d’un era ELL i m’he deixat enganyar fins que la frustració ha tocat la porta de casa meva.   Amb ell no ho vaig haver d’intentar, Plató em va ajudar però jo ja sabia que era ELL. 

Potser el nostre cos únic que va ser dividit fa tant de temps ja es va trobar i per això tinc la sensació que ets ma meitat i no és real... O potser ens hem acostumat a ser conformistes i acceptar que la nostra meitat no la trobarem mai i per això no em reconeixes com a teva...   Sigui el que sigui espero equivocar-me. Espero que la meva meitat real encara estigui donant voltes per la Terra i que estigui disposada a regalar-me sa meitat del cor; perquè la meva ha mort.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Tabac


L’olor de tabac barrejat de llibres antics de biblioteca em recorda a tu. Tu que estàs envoltat d’ombres que et ceguen i t’obren els ulls sense el teu consentiment. Intentant veure més enllà del cos físic de les persones, però amb una manca d’empatia al teu cor. Deixa d’analitzar el per què dels teus sentiments, deixa de jugar a l’amant perfecte amb les dones.

El teu cos prim, nu, petit… m’agrada. Els teus ulls negres em parlen però no em revelen el teu secret.  Potser et van ensenyar a no fer cas del teu sisè sentit. Potser et van dir que desapareixeries envoltat de les teves ombres i has decidit no trencar-te el cap per empaitar-les. Estrany però interessant és el teu cap. Sé que jo més enllà de la teva intel·ligència no hi veuré mai.

lunes, 8 de octubre de 2012

*DESAPARECER*


No puedo creer que aún te vea. Que todavía sigas ahí, escondido entre mis sábanas, en mi habitación. Tú sabes que incluso intento cerrar mis ojos… Pero cuando lo hago me pierdo entre las cuerdas, entre esos acordes mal tocados, entre esos gritos intentando componer nuestra canción.



No sé qué es peor… Si verte o sentirte. Si intentar bloquear el deseo que no se evade de mi cuerpo o esconderme contigo.


Maldita locura me has provocado… Mi musa, mi dolor, mi fantasma presente. No quiero verte y aun así sigo aquí, en mi cama.


No importa. Hasta que no desaparezcas no lo haré yo también. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Merme y su Burbuja de Cristal


Merme vivía en una burbuja de cristal. Era una burbuja transparente y brillante; pero fuerte y resistente. La gente no podía verla. De hecho muy pocos teníamos el don. Yo lo tenía y la primera vez que vi a Merme sentada delante de mí en aquella primera clase del curso que empezaba en Septiembre, noté su burbuja.


¡Se veía tan serena, tan tranquila dentro de ella! Siempre transmitía un cierto conformismo a través de sus ojos. Un conformismo que te provocaba una enorme comodidad. La gente que no veía su burbuja le encantaba estar cerca de Merme, pues a la gente le encanta sentirse cómoda.
Bien cierto es, que ella no transmitía ese conformismo a propósito. Era una acción que formaba parte de la burbuja. Siempre pensé que ese conformismo disfrazaba en realidad una cierta tristeza. Tristeza causada por una gran fuerza escondida aún por salir.



Merme tenía la habilidad de engañar a la gente. Si la gente no era capaz de ver su burbuja, ¿cómo no les iba a engañar? Cualquier emoción que experimentaba, la echaba de su cuerpo, la lanzaba de su burbuja y una vez traspasaba esa capa fina pero resistente, rosas amarillas o tulipanes lilas salían disparados por doquier y rodeaban a todo el que pasaba por allí. Por eso todo el mundo quería a Merme.



Solíamos tomarnos un café siempre en la misma cafetería y filosofábamos sobre la vida. A veces incluso juntábamos nuestras monedas pequeñas y rojas hasta conseguir la cantidad justa para un café. Y lo compartíamos. Era casi como un hábito, una terapia inmediata que nos hacía sentir únicas en el mundo.


“Creo que me estoy cansando de la burbuja”


No creía que la burbuja fuese algo bueno o malo, la burbuja te la imponían. Por circunstancias de la vida, Merme tuvo que construir su burbuja y seguramente ya ni se acordaba de cuando acabó de construirla y decidió vivir dentro de ella. Puede que incluso al principio ni le gustase vivir en una burbuja, pero una vez que se acostumbró y se percató de que la gente estaba a gusto con la idea de tener a Merme dentro de aquella transparencia, se acostumbró.  Al fin y al cabo, la protegía ¿no?


“Pues yo creo que si recuerdas cómo te metiste dentro, podrás salir. Aunque te advierto que el mundo aquí fuera no es hermoso… Pero es real.”


Salir de la burbuja no fue fácil. Durante muchos años la burbuja estuvo a su lado. Cuando consiguió sacar todo su cuerpo de ahí, Merme decidió atársela a la cintura con un pequeño cordel. Sólo por si acaso. Cuando había algo que la asustaba o la ofendía, se metía dentro porque ya no podía enviar sus rosas amarillas. Cuando había algo que la alegraba demasiado, también se metía dentro a falta de no tener ya sus tulipanes lilas.



Un día Merme conoció a un alienígena. Esta vez sólo ella lo podía ver. Nos contaba a todos que se encontraba mal, que el alienígena le provocaba dolores de cabeza. Nadie creía que fuese verdad, de hecho yo pensaba que tal vez fuese una excusa para volver a meterse dentro de la burbuja. Sin embargo, el alienígena le dio un último aviso; un aviso de supervivencia:
“Merme, el mundo es verde y gris al mismo tiempo. Huele a hierba y a humo. Te da la vida y te la quita. Es hermoso y horrible. Vívelo de una vez.”



El día que Merme cogió las tijeras y cortó con precisión aquel cordel que sujetaba la burbuja de cristal a su cintura, empezó su libertad. Era libre. Sin flores, sin trasparencias cristalinas, sin protección falsificada. Iba a experimentarlo todo y estaba emocionada. ¿Y sabéis qué? Todo el mundo la queremos igual o incluso más.






Felicidades Nani. Te quiero. 

sábado, 25 de agosto de 2012

Ansiedad (2)


Es ese piso. Esas paredes anaranjadas remueven mi estómago hasta quitarme todo el aire que guardo dentro de mí. Durante dos semanas me he creído mentalmente invencible. No era cierto.

Tantos años engañando a mi mente que ahora ella me engaña a mí. Ha aprendido a desconectarme, a guardar sin mi permiso cualquier recuerdo en esa cajita oscura cerrándola bien fuerte. ¿Para qué? Para que un día no pueda cerrarse llena de tantos recuerdos y explote.

¡Qué ilusa he sido! Durmiendo ocho horas, relajándome… Esa caja se iba llenando lentamente mientras mi mente me lo escondía. Hasta hoy. Hoy ha explotado y la escoba ha caído al suelo mientras mis manos buscaban equilibrio en la pared. Me estaba desmayando.

Suerte mía será, que no es la primera caja que rompo y sé repararla a tiempo. Aún sin ser invencible, aunque sí indestructible, espero que algún día la caja no se repare y pueda eliminarla definitivamente. 

viernes, 17 de agosto de 2012

*Desamor*


¡Resaca traicionera!
Haces que mi cuerpo me pida su ser,
Sus manos y dedos perfectos que hacen
Que mi adicción aumente.

Sí, soy adicta a esa lujuria no contenida,
A esa salvaje muestra de pasión por doquier.

Mi cuerpo extraña el suyo
Y mi yo interior no puede hacer nada
Para olvidar este síndrome de abstinencia.

Me he quedado sin mi droga
Y el fuego que hay en mí
No se apaga, se condensa.

No puedo hacer más que esperar,
Que imaginar esas horas muertas
Aliviando el dolor con mi pena. 

viernes, 3 de agosto de 2012

Laia


Tengo la sensación de que un día me cruzaré contigo por las calles reformadas y bonitas o por el barrio con aires de años noventa de nuestro pueblo. Es un sentimiento extraño porque hacía bastante tiempo que no sabíamos la una de la otra. Bueno, puede que yo de ti sí supiese algo. Pero cuando el más reciente recuerdo juntas nos sitúa en los últimos años de nuestra adolescencia, escribir cualquier estupidez sin importancia a través de una red social parece la mejor solución. Pues no lo es.

Siempre he pensado que la gente se va cruzando en tu camino por algo. La primera vez que tú dejaste huella en el mio fue por aquella conversación a la hora del patio, estiradas en el campo de fútbol arriesgando nuestras caras rojizas medio protegidas por aquellas gafas delgadas de cristales pequeños y frágiles, cuando me dijiste que habías decidido ser vegetariana. Sin darte cuenta abriste una gran puerta de alternativas para mí.

Después de estos cinco meses llevando conmigo esta enfermedad sin relevancia con la mejor de mis sonrisas y a la vez de mis lágrimas, te has ido. Y al irte me has tocado el hombro mientras te desvanecías en el aire. Al girarme sorprendida he visto tu sonrisa y tus lágrimas dulces han mojado mi alma. De esperanza, eso sí.

La energía que me has regalado me ha abierto otra puerta, pero no llena de alternativas. Llena de ilusión. Y ahora sé, que pese a todo, estaré bien.   





miércoles, 18 de julio de 2012

Diario de una Chica Fácil


La palabra fácil siempre me ha sorprendido. No sólo por la facilidad, con perdón de la expresión puesto que podría haber buscado un sinónimo un tanto más complicado pero no menos conciso, en que la palabra es utilizada sino también por sus múltiples connotaciones.

Aunque muchos y muchas probablemente quedarán sorprendidos por lo que voy a contar, nunca fue fácil entregarme físicamente. ¡Y valga la ironía de mi historia! Ya que una vez conseguí mi propósito no sólo no me costaba mantener relaciones por mi físico aunque sí por mi estado emocional. A pesar de (o puede que en este caso deba decir “gracias a”) mi pasado, nunca he tenido algo tan claro como las relaciones sexuales y lo que significan para mí. Una forma más de comunicación, por supuesto. Y siento una vez más utilizar la facilidad con este chiste fácil, pero ya que me encanta todo lo relacionado con la boca y sus funciones que nos facilita (una vez más) la comunicación… ¿Por qué no iba a comunicarme a través del sexo?

 Aunque no hay cosa que más desee en este mundo que tener tan claros mis sentimientos hacia otra persona como mi lujuria hacia ésta. De incapacidad física a emocional, no creo que su relación no sea más que obvia, eso queda descartado. Aprender a separar el deseo físico del deseo emocional no es fácil (y dale…). Por tanto, ¿Cuándo es realmente amor o un estado de enamoramiento y cuando es simple excitación y emoción post coito?

Parece una situación fácil (¡cómo no!) de distinguir… Sin embargo, su complejidad es puramente clara. Científicamente se ha demostrado que el nivel de dopamina que nuestro cerebro expulsa al enamorarnos puede ser similar e incluso igual al que cuando llegamos al orgasmo. Puede que los “te quiero” que hemos dicho después del clímax hayan sido fruto de la pasión y el placer y no del amor. No obstante, prefiero no hacer mucho caso de estas aclaraciones científicas porque, aunque ciertas, siempre he pensado que son como quitarle el azúcar glaseado a esa magdalena. Llamadme romántica, ilusa o ignorante. Seguramente soy todo eso y más.

No sin más dilación, diré que aunque fácil para algunos, no me ha sido nunca tan difícil llegar al nivel de aceptación física y mental en el que estoy ahora. Puede que me sienta atraída por el noventa por ciento de los hombres, o incluso mujeres, que quieren comunicarse conmigo. Por eso, más que fácil, me considero una mujer con suerte ya que no tengo miedo al “NO”. Y aunque mucha gente piense que ese “NO” es la palabra que menos uso tiene en mi léxico, mis amantes pueden dar fe absoluta de que no es cierto… 








Que las ofensas fáciles no nos afecten nunca. La facilidad es relativa.

viernes, 6 de julio de 2012

Mi Vida Enferma


Y llorar cada día como si fuese la única acción que aún puedo controlar. Mentira. Ni siquiera mis lágrimas obedecen mis deseos. Ellas intervienen cuando quieren y yo aprovecho para engañarme. Sí, el engaño de pensar que todavía tengo fuerza, que todavía puedo hacer lo que a mi mente le plazca ya que mi cuerpo le seguirá. Pero no le sigue. ¿Por qué? Porque duele. Todo duele. Puedo sentir hasta el más inmenso dolor en la punta de mi dedo meñique y eso provoca el más inmenso vacío en el fondo de mi estómago.

Veo el sol por la ventana pero sus rayos no llegan a mi piel. Los rayos de luz no consiguen traspasar el fino vidrio para acariciar mi cuerpo. Mi cuerpo enfermo. Estoy enferma y nada ni nadie consigue que estos rayos me ayuden. Porque el seguir adelante con este dolor es como tener a alguien en el oído que te susurra a todas horas: estás enferma, estás enferma, estás enferma…

Y lo estoy. Y mi vida también lo está. Así que mi vida y yo nos cogeremos de la mano mientras bajamos la persiana en silencio…

domingo, 24 de junio de 2012

Arco Iris


La habitación se oscurece. Aparece una luz violeta y muestra flores sombreadas por la pared. Mariposas. Las famosas mariposas hacen su función de hacerte sentir ese cosquilleo inquietante pero a la vez ameno por el estómago. ¡Ah, mi estómago! Mi estómago se hunde para dejar paso a la línea curvada que hace temblar todo mi cuerpo. Mis piernas y mis brazos intentan ganar la batalla sin éxito, la batalla de dejarme llevar. Dejarme llevar por las sensaciones, por la piel de gallina, por el dolor placentero del principio y por el placer doloroso del final.

No. Mejor no me dejo llevar. Para. Bueno, no… sigue.

Un arco iris envuelto de estrellas aparece por la habitación mientras las sábanas arrugadas vuelan por el aire. No puedo respirar, todo se estremece. Más luces, más estrellas, más sombras, colores y flores danzan al son de la música por toda la habitación. No, por todo el piso, por toda la calle, por todo el barrio, por toda la ciudad. Y suben, suben muy alto. Queda poco para tocar cielo. Queda muy poco. Llegan… van a llegar y…

Todo desaparece. Llega la calma y las sábanas caen. Hay una explosión de colores y luces del arco iris y las flores, las sombras y las estrellas se deshacen en el techo. Lo he conseguido. Las oportunidades de volver a tocar el cielo aumentan. Se las doy. Se las merece. Quiero que se las merezca.  

domingo, 20 de mayo de 2012

*ANSIEDAD*


Corre. Te ahogas. Corre. No pares. Tú puedes. Tú puedes hacerlo. Hazlo. Hazlo más deprisa. Deprisa. No eres débil. Hazlo. Puedes. Deprisa. Hazlo. Muy bien. Sigue así. Sigue. Puedes hacer esto y más. Sigue. Puedes hacer lo que quieras. Puedes hacerlo todo. Todo. No hace falta ni que duermas. Porque tú puedes. Yo te sigo. Te sigo. Yo te acompaño. Yo no te suelto. Yo te ayudo a seguir. Te ayudo. A seguir hasta que te quedes sin aliento. A seguir hasta que el cuerpo te abandone. A seguir hasta que estés muerto. A seguir hasta que creas que eres alguien.  



Ansiedad. Parece una tontería pero puede afectarte en todo. Nos tenemos que cuidar ;)

miércoles, 16 de mayo de 2012

La teoría del NO del papel


Todo el mundo tiene, ha tenido o tendrá un NO. Todos lo tenemos, lo hemos tenido o lo tendremos delante. A veces el NO es de madera. Otras de cemento. El peor NO del mundo es el de cemento sin duda. Aunque lo que mucha gente no sabe es que el NO es siempre de papel. El NO nos engaña y nos hace creer que es de cemento. El cemento deprime. El cemento te destruye emocionalmente. Pero como he mencionado antes, es falso. Y ¿sabéis qué? Se puede destruir.
Esto me recuerda a una historia. La historia de un chico que se creía un chico cualquiera.  Este chico que en realidad no era un cualquiera preguntó a una amiga suya, la cual sí era una amiga cualquiera, “¿Y si es que no?”
Su amiga cualquiera respondió: “Si es que no, lo rompes.”
¿Cómo se rompe un NO? Pues… para empezar, el NO se tiene que reconvertir. El NO se tiene que desnudar. Tenemos que conseguir que el NO sea tal y como es, de papel. Aceptar que el NO de cemento en realidad no es de cemento no es fácil. Primero se suele convertir en madera. Es un proceso común. Pero si miramos la parte positiva, el NO de madera es más suave y más próximo al NO de papel.
“Pero aunque conviertas el NO de madera en papel, ¿Cómo lo puedes romper?”
La amiga cualquiera y totalmente irrelevante para esta historia, cogió un trozo de papel. Robó uno de los lápices de la mesa, olvidados por los amigos del chico que sí que es relevante para nuestra teoría. La amiga cualquiera escribió un NO gigante en el trozo de papel.
“Rómpelo”
“No puedo”
“Rómpelo”
“No puedo…”
“¿Cómo no vas a poder? ¡Si es de papel!”
“¡Rómpelo!”
El papel es fino y ligero. Se puede romper fácilmente. Y como ya he dicho antes, el NO siempre es de papel así que siempre se puede romper. El chico relevante para esta historia se levantó sin importarle si quiera que todo el bar de la universidad le estuviera mirando. La chica irrelevante se levantó y aguantó el NO de papel con los dos brazos. Antes de que esa chica cualquiera pudiera repetir un “Rómpelo”, el chico, que no era un chico cualquiera, rompió el papel con todas sus fuerzas. El NO de papel se partió en dos y cayó al suelo. Lo había conseguido. De hecho, ya sabíamos que lo conseguiría. Pero para un chico que se cree un chico cualquiera y que no lo es, ese NO roto de papel en el suelo fue bastante relevante. 




Para Enric. Gracias por recordarme que el NO siempre es de papel.

lunes, 23 de abril de 2012

MI PRIMER SANT JORDI SIN ROSA


Algunos lo llaman suerte. Yo prefiero decir que me han mal acostumbrado. No es que nunca haya estado sola. Conozco muy bien la soledad. Más bien siempre ha habido un pretendiente demasiado romántico que aunque fuese no correspondido se atrevía a regalar la rosa roja. Esta vez yo soy la no correspondida. Yo soy el pretendiente que hubiese regalado la rosa a no ser que mi amor en cuestión me hubiese advertido el día de antes. “Prefiero prevenir una sorpresa desagradable”.

Tengo varios Sant Jordis inolvidables. Desde encontrarme una rosa en el pupitre cuando era adolescente porque todos los chicos de la clase habían decidido regalar una a cada chica, hasta la rosa de cristal azul de mi primer novio o las botellas de cava y vino acompañadas de rosas rojas de mi segundo.



Este año celebro mi Sant Jordi sentada en un bar cualquiera con 5 euros en el bolsillo y un café ardiendo. Es como pagar la factura de todas las rosas marchitas, secas y muertas. Estoy pagando mis años de “buena suerte” con mi soledad y mi amor no correspondido. Supongo que nunca es tarde para zanjar una deuda. Hoy todos los que sintieron dolor gracias a mi dormirán tranquilos. Hoy, la princesa no tendrá su rosa. Hoy, ha ganado el dragón. 

martes, 3 de abril de 2012

TU VOZ

No recuerdo tu voz. No se por qué. No puedo recordarla. De hecho, soy buena recordando voces. Es casi como mi trabajo. Pero no puedo recordar la tuya. Creo que sólo me pasa contigo, eres la única voz que no puedo recordar.

Recuerdo todo lo que me dices. Recuerdo tus anécdotas, nuestras conversaciones, tus frases, palabras, sonidos extraños, risas y carcajadas. Pero sin voz. Es como ver una película muda con subtítulos.

Tengo buena memoria. Recuerdo todos los sitios a los que hemos ido. Recuerdo cada persona a la que nos hemos encontrado y con la que hemos hablado. Recuerdo todas las cervezas y copas de vino que hemos bebido. Puede que hasta recuerde las veces que has repetido cuando te has quedado a comer o a cenar.

Recuerdo todas las películas que hemos visto abrazados y todos los recorridos que tus dedos hicieron por mi espalda mientras las veíamos. Recuerdos todos y cada uno de los besos que me has dado y todas las veces que me has pedido uno. Recuerdo todas las mañanas que nos hemos despertado juntos, ¡e incluso todos los orgasmos que hemos tenido!

Recuerdo la manía que tienes de dejar los ojos medio cerrados cuando estás pensando… ¡y lo asqueroso que resulta que te crujas los dedos casi sin darte cuenta en cualquier sitio!

¡Pero no se por qué no recuerdo tu voz! Ya te lo he dicho. Tengo buena memoria. ¿Por qué no puedo recordarla?






La vida nos sigue sorprendiendo. Tanto como para sentirnos adolescentes cuando en teoría ya hemos pasado esa etapa. Genial.