Un día más...

Esto va por todas las mujeres que han sentido o sienten dolor injustamente.

"El atardecer de aquel día se iba pareciendo cada vez más a mi piel. Estirada en el suelo iba oyendo cada segundo que marcaba el reloj de la cocina. Podía ver de reojo por la ventana que cada vez se hacía más de noche y sabía que si seguía estirada lo lamentaría... Pero no podía moverme. Respirar ya dolía. Abrir la boca ya hacía que viera las estrellas. Dejar que salieran esas lágrimas que me guardaba desde hacía años, ya hacía que se me irritase la cara. Esa cara que se había quedado sin rostro, que era una alma desfigurada igual que todo mi cuerpo machacado.

Noche tras noche soñaba que tenía fuerzas para levantarme, respirar, abrir la boca, llorar y marcharme. En mi sueño corría hacia el camino de la libertad dónde mi piel recobraba su color de la infancia, el que tienen todas las almas felices, y se despedía de aquellas manos que tanto la habían hecho cambiar.

Pero nunca llegaba el camino y nunca conseguía escapar. El despertar, cada día era igual de doloroso y sólo hacía que me acordase que lo único que me quedaba era la mentira ya que la vida me la quitaban cada día, lentamente, al ponerse el sol."