"Era un día lluvioso. Las tripas me sonaban pidiéndome comida y yo las hacía callar con el sonido de la lluvia. Era una tarde oscura, tranquila, silenciosa y a la vez inquietante.

Estaba de pie, mirando por la ventana, sin tener ganas ni de sentarme. Los recuerdos me rodeaban constántemente. Recuerdos bonitos, tristes, doloros... Recuerdos físicos, de esos que aún sientes en el cuerpo.

El cuerpo... Tenía el cuerpo cansado pero a la vez lleno de fuerza para aguantar unas cuantas horas más de pie junto a la ventana. Aún sentía cómo me habían robado mi inocencia por enésima vez la pasada noche. Cómo habían recorrido esos dedos mi alma desnuda muerta de miedo.

Mi cuerpo... Mi cuerpo había sido obligado a madurar, a crecer, a convertirse en mujer, a florecer prematuramente. Aún siento cómo mi niñez se va alejando cada vez más de mi, y muchas veces tengo la sensación de que si alargo el brazo la podré tocar, agarrar, abrazar y obligarla a ser otra vez parte de mi.

Aún así, sigo de pie, callada, mirando por al ventana y acompañando la lluvia con mis lágrimas."

23 de octubre del 2007

Bueno aquí tenéis una de mis historias (por fin). No tiene título porque no quiero estropearla, pero si a alguien se le ocurre alguno que lo comente, en serio. Alba acabarás hartita de mi!! La que he liado para hacerme la licencia, jajajajaja. Bueno como ves ya la he publicado y he actualizado el blog, asi que no te quejes tanto!! jajajajaj!! Es broma, merci por todo.